Un mal día

Era un mal día. Cada minuto que pasaba, me pesaba en el alma y no quería estar más tiempo en la calle, pero como volver a casa con este mal humor. Pensé que sería buena idea, tomar algo antes de subir y fui al bar, que está justo en la plaza, de detrás de la playa y me pedí un botellín:
- ¿desea algo para tomar?
- Un botellín, bien frío.
- ¿con hielo o sin hielo?
- ¿desde cuando a la cerveza se le pone hielo?
- Desde que a alguien le de por hacerlo.
Y me sonríe, se va y con una gran sonrisa me acerca el botellín. No se que pensar, quizás me quiera transmitir su buen humor y que cambie esta cara de asco que llevo, quizás después de la primera, mi cara cambie.
"Otro botellín" me miró, estaba atendiendo a otra mesa, me cohibió y le dije "por favor, cuando puedas", ella sonrió y me contestó "enseguida".
Pasaron dos minutos, que a mi me parecieron eternos. No miré el reloj, tan solo le volví a repetir, que quería un botellín. Ella dejó de atender la otra mesa y me trajo mi botellín, y cuando venía, su sonrisa no estaba:
-Ya veo que no puedes esperar.
- Te lo pedí hace tiempo.
- Mira, estoy harta de ver como personas como tu y como yo, se hunden en botellines antes de afrontar la vida y de intentar cambiarla. ¿Crees que los demás no tenemos problemas? algunos más que tú y los llevamos con dignidad, muchas veces solucionandolos. Así que en ve de tomarte un tercer botellín, sube a casa y has la comida de los niños, mientras tu mujer esta en el trabajo.

Me quedé pasmado, no me acordaba que mi cuñada trabajaba aquí y no la reconocía.

Comentarios

  1. Yo tomo cerveza sin alcohol, con limón. Pero le pongo hielo y una rodajita de limón natural...

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