Me llamó muy preocupada, seria, decía que tenía que contarme algo bastante importante. Así que acudí a la cita, preocupada, no sabía que era lo que me iba a decir, ni lo que había pasado. Quedamos en una cafetería a las afueras, no había nadie. Entré y me senté en la mesa del fondo, me sentía a salvo, como en una guarida. Empiezo a jugar con los menús y las servilletas, me pongo nerviosa pensando en que me dirás, viene la camarera y no se que pedirle, nada de té, ni de café. -Un chocolate ¡Por favor!
En cuanto la camarera se retira de la mesa, apareces tú, con gesto serio y preocupado, me saludas, te sientas y me coges las manos. Habia algo que decirme pero no sabias como. Yo me preocupé muchísimo y no sabia como quitarte ese peso, para que al fin abrieras la boca:
-Estoy enamorada de dos personas a la vez.-¿Y que es lo que Tu cuerpo te pide?.- mi cuerpo me pide dormir con las dos, pero mi cabeza está hecha un lío. No se si será inmoral decirte esto, pero... ¿Te gustaría ser mi trío?.-¿Como? No entiendo, te refieres a una relación estable de tres o al acto sexual...-No, me refiero a una relación estable, donde las tres compartamos las vivencias de un trío amoroso.-¿Ella sabe que me lo están pidiendo?.- fue idea de ella, ahora vendrá.-¿idea de ella?.-si, al parecer también le gustas y para no ponernos los cuernos contigo, hemos pensado que es mejor tenerte a ti en el vinculo y en casa.
Asombradiza me quedé, ya no es que tenga pareja, es que tendré un trío. Lejos de creerme o sentirme mal, me ha gustado la complicidad que me mostraron y les dije que si. Nadie tiene un harén, nadie tiene que amar a otra persona, solo somos tres personas que compartimos, vivimos y amamos bajo el mismo techo.
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