Manipulación femenina


Las dos somos muy idealistas. 
Una pareja sin amor no es una pareja, y por ese motivo hace dos años decidimos dejar nuestra relación. Desde entonces visito a un psicoterapeuta, que me ayude a superar el hábito de ella.
Seguimos siendo amigas, somos confidentes y aún, a veces, amantes. Ella no tiene amistades femeninas y pensé que era un buen paso presentarle algunas chicas. Fuimos a casa de mi amiga Juani, donde preparamos una pequeña cena con diferentes amigas. Al principio estuvo reacia, pero luego empezó a entablar conversación  con el grupo y se fue animando.
Cuando se acabó el vino; fui a la cocina a buscar más e Inma me siguió. Me dijo que le atraía mucho mi ex pareja. Aunque me quemaba la sangre, le dije que era normal, que es la mujer mas atrayente del mundo y no es facil, no fijarse en ella. Nos miramos a los ojos y sonreí, no quería que notara esas ganas de matarla que tuve en ese momento. Al salir con el vino, yo me fui al baño, necesitaba un respiro. Me lavé la cara y me miré al espejo. Me encontré mas vieja y más cabreada que de costumbre. Pensar que una persona fue tuya durante un periodo de tiempo, y que alguien podría tocarla me envenenaba. Después de mucho hablar y beber, algunas se fueron a sus casas. Solo nos quedamos Inma, mi ex pareja, Juani y yo. Juani me decía que abriera los ojos, que aún estoy enamorada de ella. Pero ella de mi no. Inma consiguió atraer la atención de la mujer que tanto amo y se fueron a la terraza a ver las estrellas, yo me quedé dentro con Juani recogiendo los restos de la cena. No quería mirar por la ventana, no quería estropearle ese momento, pero me hubiera encantado ser una de las protagonistas. Juani me sentó en la cocina y me dijo que era muy fuerte, no todo el mundo logra hacer lo que yo hago, pero yo no quiero verla sufrir y a mi lado agonizaba. 
Cuando entraron, yo me fui a la cocina, no quería verlas. Pero Alejandra me siguió. Me ayudó a meter la loza en el lavavajillas, y al terminar me cogió la mano. Yo sonreí, pero la solté pronto. Ella se percató de que algo pasaba en mi cabeza y no tardó en preguntar. Al principio pensó que estaba celosa de Inma, pero pronto comprendió que aún la amaba:
 - Te pido perdón, pero esta cena fue idea tuya.
 - Algo tenía que hacer para intentar sacarte de dentro.
- ¿Por qué no me lo habías dicho?
 - No quería que te hundieras en una rutina destructiva, y menos conmigo. Si tienes que sufrir, que sea con otra.
 - Inma me gusta y quisiera seguir conociéndola, ¿vas a suponer algún obstáculo?
 - Ale, yo te quiero.
Cierra los ojos, se da por contestada y da media vuelta. Su pelo negro brilló como nunca, su boca se apretó, pero su mente como siempre tan angosta, una vez más se equivocó. La cogí del brazo y la hice virar, la puse frente a mi y la obligue a que oyera lo que jamás le había dicho.
 - Soy la persona que más te quiere en este mundo. Hace poco que dejé de amarte, pero quiero que seas feliz. Conmigo o sin mi, pero feliz. Si tu felicidad está junto a Inma, probablemente esté un poco irascible, pero dame tiempo. Nunca dejaré de alegrarme por tu felicidad. Nos separamos, porque la rutina nos estaba machacando. Aún te amaba, y por eso te dejé marchar. No eras feliz, y no quería ser ni testigo, ni causante. 
Alejandra tan solo asintió con pena en su rostro, no se movió. Se quedó callada, mirando al suelo. Yo me fui al baño, me sentí bien por decirle lo que llevaba dentro y por dar el primer paso para intentar sacarla de mi vida. Juani tocó la puerta y entró, me abrazó y me dijo que se siente muy orgullosa de mi valentía, de mi fortaleza y de mi benevolencia, pero que soy un poco tonta, por preferir mi sufrimiento al de ella. Yo rompí a llorar como una niña, no sabía que era ese sentimiento que me oprimía el pecho, que me temblaran las piernas y no pudiera hablar. Juani me sentó y me dio aire con un abanico, pero no sirvió de nada, pues me desmayé segundos después. Cuando desperté,  estaba en el suelo del baño. Ale y Juani me estaban tirando agua fría a la cara. Tuvo que ser el vino, pensé. Pero Alejandra, se sintió muy preocupada y culpable. No te preocupes por mi, le decía y ella llorando me abrazaba y me pedía perdón. -"¿Perdón porqué?"- Pensé. Intenté levantarme y Alejandra no dejó que nadie me ayudara, todo lo hizo ella sola. Me trajo un vaso de agua, y acto seguido las llaves del coche para llevarme a un hospital:
- Ale, tranquila. Tan solo habrá sido una bajada de tensión por el vino.
- No es normal, tenemos que ver exactamente que es lo que te pasó. Inma y Juani, se fueron de nuestro lado, vieron que Alejandra no les dejaban ayudar y se fueron al salón. Ale me estaba  mirando las pupilas, como buena enfermera. Me tomó el pulso y  me midió el nivel de azúcar en sangre. Pero no se tranquilizó, siguió pensando que ella era la culpable de mi desmayo y bueno, inocente no es. Pero la única culpable soy yo, por dejar que todo me afecte tanto, por necesitarla en mi vida, aunque seamos como el agua y el aceite, por no hacer caso a mi terapeuta, cuando dice que me aleje de ella, por anteponer sentimientos a mi propia razón, por dejar que me manipule, aun sabiendo que estoy siendo manipulada pero ¿Ahora quien manipula a quien? ¿Quién está llorando arrepentida en mi regazo? Creo que Juani no tenía razón cuando decía que era benevolente. Aunque nada de esto lo pensé antes y tenía asumido mi vida sin ella, reconozco que mi plan me ha dado unos resultados que no esperaba.

Comentarios

  1. Yasmina escribes muy entretenido pero... pon algún punto y aparte no? :D
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Hola Letritas, la verdad que tienes razón, pero los puntos y aparte no me los respeta el programa de edición. Un saludo y gracias!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¿Que piensas? ¿lo puedes compartir?