Era una tarde un tanto extraña. Te echaba mucho de menos, no paraba de pensar en ti y en la discusión que tuvimos antes de irnos a trabajar. Miraba al suelo, solo podía pensar en como actuar para hacerte recapacitar. Bajo unas escaleras interminables y al cruzar la carretera miro, el coche para y me cede el paso, dándole las gracias me dispongo a cruzar, pero sin darme cuenta, que por el otro carril, venía otro coche, cuyo conductor no se ha percatado de mi presencia en el asfalto. Intento correr, pero ya era tarde. Todo se colapsa, caí justo en la misma rotonda que está al lado del hospital universitario. Todo me dolía y pensando que iba a morir, atino a coger mi móvil, intacto, y te llamo. Creo que estabas en el coche, alguna amiga tuya estaba presente. Cuando me saludaste, con un tono bastante seco y distante, yo te respondí con un tono suave y a la vez duro, pues las con las pocas fuerzas que tenía te dije "te quiero". Pronto llegaron laa ambulancias y la policía local, no había podido colgar el móvil y te oiga gritar mi nombre. Creo que alguien, habló contigo y te dijo que acababa de tener un accidente, la verdad que no me acuerdo de nada mas. Cuando abrí los ojos, estaba en una cama de hospital, te tenía a mi lado, no me soltabas la mano y recuerdo llorar al verte. Tenía las piernas rotas, un brazo dislocado y fractura craneal, aparte de múltiples heridas, las cuales se infectaron y por eso pasé una semana en coma inducido. Te pregunté si aun me querías y me dijiste:"nunca he sentido tanto miedo, pensé que te perdía para siempre". Y siempre permaneciste a mi lado, ya que, ese miedo nunca murió.
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