Que bonito es llegar a casa

Llego a casa, cansada del trabajo. Hace un calor asqueroso que aprieta y me ahoga. Entro en el salón, está oscuro y no veo rastro tuyo por ningún lado. Me dirijo a la cocina, cojo una botella de cerveza y con ella me dispongo a ir a mi cuarto y quitarme esta ropa, que se me pega a la piel. Me quito la ropa y empiezo a oír el agua de la ducha. Entro al baño y veo tu silueta, poco a poco y sin hacer ruido entro en la ducha. No te asustas, pero noto tu sonrisa de medio lado, no te das la vuelta, pero pegas tu espalda a mi torso, elevas las manos, giras el cuello y me besas. Mis manos pasean por tu cintura, tu piel húmeda da de beber a mi boca. Tu pelo enredado, cuelga con tirabuzones y se me pegan a mi pecho. Tu cuerpo entero espera a ser acariciado, besado y devorado por alguien que no se esperaba que la noche fuera mejor que el día.

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