Estaba lloviendo y hacía frío. Había quedado con ella, en el puente del parque del oeste. Hace meses que no se nada de ella y su llamada, hizo que millones de sentimientos se mezclaran en mi mente.
Me vestí de negro, con gorro negro, abrigo negro, pantalones negros y botas negras, pero blusa y bufanda azul. Quería ponerme camisa blanca, pero no creía que fuera el momento. Saliendo de casa, me llegó un mensaje suyo, diciendo que llegará un poco tarde, no se porque avisó, estoy acostumbrada a sus demoras, pero al menos ahora ha tenido algo de responsabilidad. Iba caminando, el viento frío me cortaba la cara, la humedad en el ambiente envolvía mi nerviosismo, haciéndome temblar. Nerviosa por verla, enfadada por como han surgido las cosas y deseando volverla a ver sonreír.
Al fin llegué al puente, me apoyo en la barandilla y veo el agua pasar debajo de el. Empezó a llover, maldije todo el tiempo que tardó, estuve a punto de irme, pero por fin un paraguas, me refugó de la lluvia:
- ¡hola gordi! Perdona por llegar tarde, tuve que hacer horas extra en la oficina.
- ¡hola muñeca! No te preocupes, estoy acostumbrada.
Después de una mirada asesina, me da un beso en la mejilla y yo la abracé. La tarde se despejó, y nos quedamos paseando por el parque. Me contó sus proyectos, yo los míos. Las dos nos calmamos, pero no del todo, ya que nada volvió a ser lo mismo. Yo no volveré a ser su princesa y ella no será, otra vez, mi musa.
Le quise contar que no estoy sola, pero algo recorrió mi cuerpo al pensarlo. Ella lo notó y quiso jugar, como años atrás. Hubiera querido jugar, quisiera haber querido amarla en ese momento, pero la persona que llena mis sueños, no me deja sentir por otra persona, por mucho que la haya deseado.
Quererla la quiero y como a nadie, la vida ha dado muchas vueltas en estos últimos meses y ahora está un poco más estable.
En el mismo parque nos despedimos, satisfechas y felices por vernos sonreír y con la certeza de que jamás nos olvidaremos, siempre tendremos cariño hacia la otra.
Me vestí de negro, con gorro negro, abrigo negro, pantalones negros y botas negras, pero blusa y bufanda azul. Quería ponerme camisa blanca, pero no creía que fuera el momento. Saliendo de casa, me llegó un mensaje suyo, diciendo que llegará un poco tarde, no se porque avisó, estoy acostumbrada a sus demoras, pero al menos ahora ha tenido algo de responsabilidad. Iba caminando, el viento frío me cortaba la cara, la humedad en el ambiente envolvía mi nerviosismo, haciéndome temblar. Nerviosa por verla, enfadada por como han surgido las cosas y deseando volverla a ver sonreír.
Al fin llegué al puente, me apoyo en la barandilla y veo el agua pasar debajo de el. Empezó a llover, maldije todo el tiempo que tardó, estuve a punto de irme, pero por fin un paraguas, me refugó de la lluvia:
- ¡hola gordi! Perdona por llegar tarde, tuve que hacer horas extra en la oficina.
- ¡hola muñeca! No te preocupes, estoy acostumbrada.
Después de una mirada asesina, me da un beso en la mejilla y yo la abracé. La tarde se despejó, y nos quedamos paseando por el parque. Me contó sus proyectos, yo los míos. Las dos nos calmamos, pero no del todo, ya que nada volvió a ser lo mismo. Yo no volveré a ser su princesa y ella no será, otra vez, mi musa.
Le quise contar que no estoy sola, pero algo recorrió mi cuerpo al pensarlo. Ella lo notó y quiso jugar, como años atrás. Hubiera querido jugar, quisiera haber querido amarla en ese momento, pero la persona que llena mis sueños, no me deja sentir por otra persona, por mucho que la haya deseado.
Quererla la quiero y como a nadie, la vida ha dado muchas vueltas en estos últimos meses y ahora está un poco más estable.
En el mismo parque nos despedimos, satisfechas y felices por vernos sonreír y con la certeza de que jamás nos olvidaremos, siempre tendremos cariño hacia la otra.
Si dices quererla como a nadie, eso deja bastante mal parada a la persona que "llena tus sueños"
ResponderEliminarEl quererla como a nadie, no quiere decir que la quiera más que a nadie. Hago deferencia y diferencio entre el adverbio de modo y cantidad. ¿Crees que la dejo en mal lugar?
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