La importancia de los buenos amigos.

Salgo de casa, sin rumbo. El sol me quema, el calor me agobia, pero estar en casa me enferma. Me dispongo a ponerme las gafas de sol y a caminar. Camino pensando en que difícil es encontrar un trabajo, un trabajo honrado, un trabajo justo, un trabajo, tan simple como un trabajo. Podría vender drogas, como lo ha hecho mucha gente, pero eso no es ni justo, ni honrado. Pienso en como hacer para no ser una carga, pienso en que hacer para no gastar mas dinero del que estoy acostumbrada a gastar. Pienso y no llego a ninguna conclusión, porque las soluciones que me vienen a la cabeza son absurdas, caras y muy trágicas (algunas). Pero dejo de amargarme con tanta ridícula comedera de tarro y me dispongo a caminar por la avenida de la playa.
Que lindo está el día, que bonito los niños jugando en la playa, que bien me sientan ver a los surfistas cogiendo olas, pero que me revienta el tiempo de verano y los "novietes" disfrutando del sol, del calor, del tiempo libre y de ellos mismos.
Me recuerda a lo sola que me puedo sentir, a lo sola que me duermo por la noche y a lo a gusto que puedo ligar un sábado a la noche, o cualquier día a cualquier hora, pero como lo echo de menos. Tener a alguien a quien le importas, que piense en ti, tanto como tu en ella. Pienso y recuerdo lo bien que me podía sentir recibiendo mensajes a todas horas, haciéndome sentir lo importante que era para alguien. Ahora tan solo creo que soy un estorbo, que solo sirve para sacar alguna sonrisa a alguien y eso no está nada mal.
Sigo caminando por la playa y corre una suave brisa de mar, fresquita, que me hace sonreír.
Veo a unos amigos que me paran, me preguntan que tal estoy, sigo caminando, me encuentro con otras amigas, que me dan un fuerte abrazo... En ese momento pienso que soy mas importante de lo que creo, porque no hay una persona que se preocupe por mi, si no varias.

Comentarios