Sueños de fantasía


En una habitación de hotel se encontraban en la cama, después de dedicarse tantas horas de pasión, amor y deseo. Él la acaricia la espalda, ella le dedica una sonrisa tan iluminada como sus ojos llorosos, están felices el uno con el otro. Ella se queda dormida en su pecho, y él acaricia su cara, la mima y la arropa. Mira hacia el techo, y se le escapa una lágrima. Llora de felicidad, no quiere dormir y se recuesta a su lado observando su rostro, cogiendo sus manos en un puño. Lucha contra sus parpados, no quiere desperdiciar ese momento, donde la ve tan hermosa, tan suave y tierna. No puede más y duerme a su lado.
En sus sueños, él es un valiente caballero de armadura blanca, que monta un bravo corcel negro y rescata a su reina de un castillo. ¡Sí! a una reina, no estaba en lo alto de una torre, ni custodiada por un malvado dragón, que escupe fuego por la boca. Era una reina raptada por un vil rey, que hace años fue su gran amor, pero ahora es su carcelero. Él galopa veloz por un camino delimitado por rosas hacia el castillo, pero por mucho que corra nunca llegará, pues su reina está hechizada, y todo aquel que se enamore de ella jamás alcanzará la fortaleza. El caballero ya cansado, se quita la armadura, y empieza hablar con los animales del bosque:
- díselo al hada del Faycan- contesta la ardilla, - consigue rosas azules y cómetelas- dice el jabalí, pero se oyó una voz muy sensual, femenina, cautivadora que le decía -Si realmente la amas, si realmente estás seguro de sus sentimientos hacia ti, respétala y no la presiones, algún día ella se enfrentará a su rey y romperá sus cadenas- dijo la zorra. En ese momento él se despertó, la besó e hicieron el amor por última vez. A la salida del hotel ellos se despidieron mirándose a los labios, no había valentía para mirar a los ojos.
Se despidieron y jamás volvieron a ese hotel.

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