Cada noche, cuando la luna aparece en el horizonte, se oye un cántico que habla de amor en el poblado. Proviene de las mazmorras. Es una voz rota, cansada pero ilusionada, esperanzadora, aun sueña con volver a salir y verla, abrazarla, acariciar a esa mujer por la que está en esa sucia mazmorra.
Tiene grilletes que le han hecho heridas en sus muñecas y tobillos, hace meses que la roña se ha convertido en abrigo y los pelos que no se puede quitar de la cara, esconden un brillo y una sonrisa.
Está loco dicen por las calles, está loco dicen los guardas y por loco de amor lo encerraron en esa cárcel. Su amada sigue su encierro en casa, no se levanta de la cama, no sale de su habitación, no come, no habla, por último ya casi ni abre los ojos.
Pero cada noche, cuando sale la luna lo oye, abre los ojos y canta junto a él, no muy alto, pues temen que la oigan y sea castigada por su padre.
No temen a la muerte y la prefieren a estar lejos.
Una mañana el preso ya no estaba en su mazmorra, logró escapar y fue a buscarla, pero antes, se tiró de cabeza al río, se quitó la roña, se cortó el pelo, robó ropa y se presentó en su puerta. Nadie abría, no había humo de cocina, no corrían niños jugando con los perros, todo estaba vacío de vida humana.
Se sentó a esperar al lado de su puerta, pasaron dos noches y su madre apareció, lo reconoció y le contó una mala noticia.
"hace tres noches no te oímos, mi hija no cantó y pensó que habías muerto. Se suicidó con las tijeras de esquilar. Ahora está en campo santo, así que déjala en paz"
Hundido, deprimido, con los ojos rojos de tanto llorar, fue al campo santo, para comprobar que era verdad. Estuvo 3 noches y 4 días buscando su tumba, pero no encontró más que tierra removida.
"ella es de buena familia, debería de tener una lápida y sonrió al saber que ella allí no estaba. Fua a la casa de la ciega, que todo lo guarda. Le preguntó por su amada y ella lo reconoció por su voz
" se feliz con ella, pues sigue viva, pero antes haz de sacarla de su trampa viva. La enclaustraron en un convento, al ver que su amado no oyó, pero su destino está contigo porque así lo quiere dios"
La ciega no solo le dió esperanzas, también comida para el camino, el solo pensaba en su amada y creía que ese era el camino.
Si el preso que cantaba canciones de amor, no te dice gran cosa entonces tienes que abrir la mente y luchar por lo que se te antoja. Que la ambición no es mala, siempre que luches por tu pasión, la lucha nunca acaba, por mucho que hayas estado en prisión.
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