Concretar y decidir que quieres en tu vida, cuando te sientes obligada a vivir ciertas cosas que nunca quisiste es duro y muy difícil. No todo lo decides tú. Estamos condicionados, por muchos factores con los que convivimos diariamente y sin darnos cuenta nos influye de tal manera que pueden afectar a nuestro caracter, estado de ánimo o gustos.
Queremos algo que nunca será lo que queremos, porque de algún modo u otro, nos obliga a agachar la cabeza y rendirnos, sin ganas de dar ese pequeño paso, por el cual, consigas lo que quieres.
Dicen que la vida es dura, que todo tiene su trabajo y su camino, pero no debe de ser así. No podemos caminar un camino, ya prediseñado, por personas que ganan dinero a nuestra costa. No tenemos que creernos que hay caminos fáciles y otros difíciles, tan solo hay caminos con el cuál consigues unas cosas y con otros otras. Nunca va a ser completa tu meta, porque por un lado infravalorarás lo que has conseguido y por otro infravalorarás el camino. Todo está en nuestra mente, en nuestra ideología de como ver y tomarnos cada cosa que hagamos o emprendamos. Sabemos que todo es trabajo, pero sabemos que si pagamos, el trabajo lo hará otro.
Hoy quizás no haya ganas, ni ilusión, ni sueños, ni energía para seguir ese camino que te has marcado, pero aun con tristeza y aún desanimada/o vas a seguir, solo porque crees que es lo que debes haces. Lo que debemos hacer nos lo decimos nosotros mismos, hay muchísimas opciones, unas gustarán, unas mermarán y otras darán miedo, pero solo y lo único que tenemos que hacer es elegir una y mil veces si es necesario. Somos libres de padecer y sufrir lo que nosotros queramos y cuando queramos.
No te dejes guiar por esa voz que te dice débil, sólo tu sabes tu aguante, solo tu tienes idea de lo que estas pasando y si quieres pasar por ello.
Tu pones tus límites, no le eches la culpa a los demás de lo que estás pasando, se responsable de tu propio camino, tu lo has elegido.
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