Haces lo que quieres y compartes lo que amas.

Ayer me convencieron para ir a tomar unas copas en una sala de fiestas, relativamente nueva en la ciudad. En un principio no quise ir, porque iba a estar ella. Esa persona que me encanta, a pesar de no conocerla bien, no gustarme físicamente y haberse portado conmigo como una estúpida egocéntrica, es la mejor reportera gráfica que hemos podido observar en estos últimos meses. 
No solo no quería ir por ella, no me encontraba bien y sí, era por ella, no quería verla, ni hacer que venga hacia mi para que todos vean que es "chachi", pero un deseo surjió en mi y no podía dejarlo en mi mente solo para que mi mente se divirtiera y escriba, así que me tomé un café, me duché, me depilé, me perfumé, me vestí y fuí hacia el bar que está en la playa, donde quedamos todos una horita antes para empezar a ponernos a tono. 
Empecé con cerveza, pero algo me decía que iba a ser muy buena noche y mi segunda copa fue un Ron blanco con cola. Algo se notaba en el ambiente, mis amigos me notaban muy callada, pensativa, a la vez observadora y lo que estaba haciendo era planear. Organizar mi comportamiento según como note a la fotógrafa, para un fin, la manipulación nunca fue mi ruta preferida, pero se me da muy bien.
Al llegar a la sala de fiestas, miro a cada esquina y no la veo, pero solo con ir a pedir mi copa me bastó para verla agachada, preparando su cámara y su objetivo.
- ¡Hola Yasmina! No esperaba a la morena mas linda.
- Gracias por el cumplido, ¿Como estás?
- Bien, haré unas cuantas fotos, me tomaré algo y luego iré a casa.
- ¿Le vas a hacer fotos a la morena linda?
- Por supuesto, si ella se deja.
- Bueno, en un ratito vuelve a ver si estoy aún más linda.

Al cabo de una hora, había muchísima gente en el local y no la había vuelto a ver, yo empezaba a sentirme agobiada, pero no quería irme de allí sin ella. Estaba hablando con mis amigos, pero con mis ojos buscándola. "¿Donde estarán esos rizos rubios, con una cámara en la cara?" 
Distingo una silueta, parece el actor secundario Bob, pero es ella. Está hablando con una mujer y parece que se lo está pasando bien, dudo en interrumpir, pero quiero verle la cara:
- Ricitos, me voy.
- ¿Ya, Tan temprano?
- Sí, me voy a algún sitio donde pueda estar mas cómoda.
- ¿Y si te vienes conmigo y te hago las fotos?
- Vale, solo con una condición.
- Sorprendeme.
- Yo te haré una a ti y te quiero fotografiar solo de una manera, la cual solo te voy a decir, cuando sea el momento.
- Muy bien, recojo y en 5 minutos vengo a por ti.

Y en cinco minutos fue a por mi, las dos hablando de como la bebida nos afecta, ella diciéndome que el alcohol, le sube la líbido, yo pensando en la fotografía que le quería hacer. Nuestras caras eran de diablillas que no podían esperar más, pero nos gusta tanto la fotografía como el sexo bien hecho.
Me sube a su casa, colocamos sabanas blancas en una pared, ponemos reflectores y butanitos, duda de poner color, yo le hago un favor quitándome la chaqueta, me mira y levantando una ceja me dice: "si te desnudas poco a poco para mi, el color sobra". Las palabras sobran también y mientras me voy desprendiendo de todo aquello con lo que no nací, ella va sacando fotos. Los focos dan mucho calor, ella se va quitando la ropa, me hace revolcarme con sabanas de seda, cortinas transparentes.
Ella cada vez está mas cerca, hasta que se pone encima mío. Fotografíaba mientras me acariciaba,me tocaba, redibujaba con sus dedos mis tatuajes, hasta que decidió dejar la cámara a salvo y dedicarse a besar mi cuerpo como si fuera un helado de chocolate. Le cogí la cara, la miré y le dije "No tan rápido ahora me toca a mi"
Me dió su cámara, se levantó y me preguntó "¿Como debo ponerme? ¿Como deseas que me ponga?"
Tirada desnuda en el suelo, sobre sábanas blancas de seda y cortinas transparentes, sonreía mientras le decía "ponte una chupa de cuero, solo una chupa de cuero y siéntate sobre mi vientre, con las piernas abiertas, mirándome fijamente a los ojos. Quiero que me digas con tu cara lo que realmente quieras hacerme"
Ojalá pudiera enseñarles esa fotografía, pero acabo de llegar de su casa y no creo que haya tenido tiempo a pasarlas al ordenador. Me prometió que las veríamos juntas, pero creo yo que su trabajo no le va a dar tiempo de volver a tener algún encuentro conmigo sin usar su soberbia, aunque quizás después de anoche me trata diferente.
No hay nada como compartir el amor al arte y el arte de amar lo que estas haciendo y de hacer lo que estas amando.

Comentarios