Me resulta bonito ver nuevos gestos, nuevos caractéres y nuevos aspectos en tu rostro que antes no tenías. Me gustan tus arrugas, tus patas de gallo, tus líneas expresivas, tus ojos cansados, tus nuevos gestos que con la experiencia has adquirido. Me gusta saber que vives y no eres una persona más que no siente, no sufre, no ama, no se divierte. Me gusta reconocerte al verte, aunque esas pequeñas diferencias digan que, aunque poco, has cambiado. Saber que siempre tendré una mano que me sujete, aunque aguante varios kilos y toneladas de conciencia e historias, las cuales vivimos o nos matan.
Saber que tu pelo crece y el sobrante que desechas cada vez que te lo cortas, han vivido contigo circunstancias, que bien podrían habértelo teñido de blanco.
Oír Tu voz, contando anécdotas y oír tus silencios, aún mas pausados que hace tiempo, saber que hoy puedes dejar de pensar lo que dices, porque hoy mas que nunca estás convencida de lo que tienes que decir.
Me he perdido tu crecimiento, pero he visto el original y el resultado, que no es más que esa persona en potencia que tu quieras reflejar en ti y dar vida en ti. Hoy por hoy dices que no sabes nada, porque sabes que cada cosa tiene sus variables y por lo tanto nada es igual, ni diferente a lo ya acontecido.
Me gusta verte como me miras, sonríes e intentas contarme que el hoy es el momento más importante, porque tan bien como hoy, mañana no estaremos. Me gusta sentir como añoras a aquellas personas que crees perdidas y como afrontas a las personas que vas a conocer con ilusión.
Quieres enamorarte de nuevo, y una vez más, de todo aquello que sea capaz de transmitir emoción, sentimientos, de aquello que te pueda hacer vibrar a simple vista o con un solo sonido de un solo segundo.
Sabes que llorar es algo necesario, pero hasta que no sea así, no quieres buscar ese llanto:
"ya llegará, que eso es lo único que no hay que buscar".
Me gusta la cautela con la que mueves las manos, como usas las llamas de tus dedos para agarrar con fragilidad la copa y llevártela a la boca, como si fueras un gato, sin hacer ruido, sin que nadie se entere, pero tú estás ahí.
Tu pelo negro deja ver canas y tú no las disimulas, sabes que forma parte de ti, de tu ahora, de tu essencia, de tu personalidad. Le das vueltas al mundo y el mundo te da vueltas, no duermes, ese mundo no te deja dormir y las vueltas que le das al mundo te despiertan.
No dejes de envejecer, no dejes de crecer, no dejes de enamorarte y de sufrir, no dejes de enamorar y no dejes a nadie sin sufrir. Duele, envenena, hunde, entierra, te segrega pero el amor te enseña a que siempre hay una persona dispuesta a salvarte, y tienes que pasarlo mal, para saber que ese alguien eres tú.
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