Historias cotidianas III

Todos tenemos algo que me hace dudar, desconfiar, retroceder y huir sin saber realmente lo que es. Si veo que es muy leal, me hace daño porque es cruel. Si es muy fiel, me hace daño porque me asfixia. Si es una persona muy posesiva, me hace daño porque no me deja ser quien soy. Si es una persona descuidada, libre y me da paz, creo que no me quiere, no me demuestra que me aprecia, y tiendo a irme de su lado. 
Hace tiempo que no conozco a alguien ejemplar, ni a mi misma.
Nadie es ejemplo de buen ejemplo, en cambio todos tenemos algo que nos hace ejemplo de mal ejemplo.
 Como dice Les Luthiers: "No soy un inútil, al menos sirvo de mal ejemplo". 
Lo que mas me rechina y tiendo a huir de eso, es de ese sentimiento que se ve mucho últimamente, de personas que no se quieren enterar de nada, personas que hacen lo que les manda, aún a sabiendas de que lo que hacen no es bueno, no es productivo, no es correcto, lo hacen con la excusa de: "mi jefe/a me dijo que lo hiciera". 
Estamos rehuyendo de ese derecho/deber de responsabilidad y lo peor es que en la irresponsabilidad de nuestros actos, hacemos daño a gente que nos quiere, nos apoya y nos aprecia. Seguramente, esas personas confiaron en mi, en ti, en ella/él, nosotros, vosotros, en ellos y todos con la excusa de : "sólo soy un simple subordinado".
No solo somos subordinados, tenemos conciencia, sabemos decir no o incluso sabemos ignorar órdenes e incluso, bien que sabemos, revelarnos.
Ésta opción la tenemos todos, desde el profesor que le marcan una serie de temas a tratar desde una perspectiva, a la trabajadora social a la que le ponen sus límites, pasando por el político joven soñador o la secretaria de una empresa.
"lo siento caballero, se queda sin su prestación, porque resulta que se ha cerrado el cupo hace 10 minutos. Mi jefe me ha dicho que no recoja más solicitudes y aunque él probablemente no se de cuenta, yo solo cumplo órdenes".
¿Órdenes de que? ¿De quién? ¿Sabes lo que puede afectar a los demás si cumples cada directriz que tu superior, el agente o la ley te marcan?
Esta sociedad está vacía de valores, de reveldía, de amor a la humanidad, en cambio le sobran amor al miedo y al capital. 
"Si otra persona tiene hambre y no tiene que comer es porque no ha hecho las cosas bien"
Giren la cabeza, nadie pasa hambre porque no quiere trabajar, nadie pide un asistente social porque no quiera trabajar, en cambio muchos putean a otros por miedo a perder el trabajo, por estar coaccionados, por no saber revelarse, es más, cometen ilegalidades, tan solo, porque se lo pide el jefe.
Hace mucho tiempo que no conozco a alguien ejemplar, hace mucho tiempo que no conozco a alguien sin miedo y nunca he conocido a alguien que por miedo a perder lo que tiene, o lo que creen que tienen, no quiera ser mejor persona. 
Revélate, di que sientes, dile que no quieres, que no estás de acuerdo con ello o simplemente no lo hagas, pero putear con la excusa de que son órdenes, no me vale. Es tu responsabilidad, eres tú quien lo hace.

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