Una Dosis (Cap. II)

Normalmente no llevo trabajo a casa y cuando estoy con un caso tan peliagudo tardo en aparecer por ella, pero necesitaba estar con ella, verla, saber que está bien y quererla. 
Se sorprendió al verme llegar y se preocupó al percibir la cara que arrastraba. No había comido nada desde hace un día y medio, me faltaba tabaco y olía a cerveza pero con ella eso no me hace falta. Me acerco a ella y la agarro por la cintura, ella me abraza y me sonríe.

- ¿Es muy duro el caso? - Pregunta mirándome a los ojos, queriendo adivinar en mi mirada aquello que yo era incapaz de contarle.
- No sólo es duro es que además puede ser peligroso. Creemos que hay una persona importante en medio. - No quise hablar más, quise besar sus labios allí mismo. Quitarme esa careta de persona frívola, de insensible que llevaba por profesión. 
- Vete a darte una ducha, yo ahora subo. - Ella mandaba en casi todo. Quería ducharse conmigo y yo solo obedecía. 
Le di un beso y subí escaleras arriba. Lentamente, quería desconectar del caso mas no podía. 
"¿Quién puede hacer estos crímenes y que razones tiene para hacerlo? ¿Dónde se habrá metido ese hermano de político? y ahora que lo pienso, ese hombre ha dejado de ser político y no se sabe nada de él."
Allí estaba yo, en mitad de la escalera, parada mirando al suelo, pensando, mientras movía mi mano para ordenar mis ideas, empezaba a sentir un frío por la espalda que me hacía estremecer. Me había dado cuenta de que algo puede cambiar la historia pero siento una mano cálida en mi espalda que borra todo pensamiento, un beso en mi cuello y un empujón suave hacia la parte alta de la escalera.
Subíamos despacio y plácidamente la escalera, abrazadas hasta llegar al cuarto, nos desvestimos, nos acompañamos al baño, nos recostamos en la bañera y abríamos el agua tibia. Me acariciaba y besaba como si le diera miedo desgastarme, es tan suave y minuciosa, que aunque su mano pueda estar caliente me hace sentir frío. Sé que ella tiene miedo de perderme y quiere que esta etapa acabe para poder promocionar a una plaza que no sea tan precaria y peligrosa. Se abraza a mí como si no me quisiera soltar nunca, hunde su nariz entre mi cuello y mi pelo. Me huele. Cierro el grifo y pongo jabón en mi mano, le masajeo los pies y piernas con el jabón. Ella sonríe y posa un pie en mi hombro y el otro pie acaricia mi cara y lo posa sobre mi otro hombro. Me llama - ¡Ven!- Me acerco a su boca, me besa y me abraza con sus piernas. Nos damos la vuelta y hunde mi cabeza en el agua sin dejar de besarme. Nos sentamos ella sobre mis muslos enjabona mi pelo largo con mucha dulzura, lo lava y me seca. Nos vamos a la cama e hicimos el amor. Estuve con ella todo el tiempo que pude, quería tenerla hasta el próximo fin de semana o más tarde aún. Ella es profesora de arte y en su tiempo libre es marchante. Hace, crea, gestiona y organiza exposiciones y es la mejor artista plástica del mundo, está claro que eso lo digo yo. 

De vuelta a mi despacho con las pilas recargadas empiezo buscando información sobre ese político  y su familia. Recordando el nombre del señor me he dado cuenta que el nombre varía; resulta que, el señor, cambió el nombre al entrar en la alcaldía y volvió a cambiar al salir. Debía buscar a Juan José, Francisco  y a Xavier Robaina Bethencourt. El flamante ex alcalde de esta ciudad Francisco Bethencourt, se hacía llamar, tuvo dos mandatos buenos, sin alborotos, ni malas elecciones, pero en las sombras siempre se esconde lo que no "debe de ser" público. Resulta que varias investigaciones de niños desaparecidos lo conducen a personas que trabajaban para él. Personas que recibían un dinero del pueblo, que estaba contratado pero no aparece por ningún lado que tipo de trabajo hace la persona en cuestión. Se sabe de sobra que lo usaba de protección, se dice que entraban a los edificios o iban a cualquier lado siempre armados con armas de fuego como mínimo; las investigaciones no siguen, parece que no son concluyentes.
El hermano de éste señor pasó varios años en la cárcel. Aprovechó para estudiar y tener un título de abogacía. Ahora tiene su propio despacho de abogados y creo que él no trabaja mucho, ya que siempre aparece en la prensa rosa con su nueva novia en un yate. Podría acercarme a él y tener una charla pero no tengo pruebas concluyentes y sería una pérdida de tiempo.

Mis compañeros acaban de visitar a la familia de los asesinados y llegan con nueva información.

- Hace 6 meses fueron a un viaje entre empresarios y políticos a Guinea Ecuatorial. La mujer de una de las victimas nos contó que allí les ofrecieron los servicios de niños y niñas llegando al punto de abusar de ellos. 

- Una de ellas nos dijo que uno de los concejales se acostó con una niña de 7 años, pero no supo decirnos que concejal es.

Los veía contándome aquello con rostros pálidos, manos temblorosas y sudorosas pero no me contaban nada que tuviera que ver con los asesinatos. - ¿No hay nada más? ¿No pudieron dar pistas de con quién estuvieron o que hicieron esas personas antes de ser asesinadas? - No me lo puedo creer, tan tontos no son. - Los chismes me encantan pero ¡estamos intentando resolver dos asesinatos, antes de que vuelvan a asesinar! 

- La mujer del que se encontró en la bolsa dijo que no pudo contactar con él desde las cuatro de la tarde que lo llamó a su móvil porque llegaba tarde a casa y le salía apagado.

- ¿Y la otra? - Me estaba empezando a calmar pero mis compañeros me están sacando de mis casillas.

- La otra nos dijo que desapareció dentro de casa.

- ¡¿Cómo?! -  ¿Tienen a un desaparecido en una casa y nadie llama a la policía? - Vayan a tomar muestras y a mirar a ver si hay cámaras de seguridad cerca. Alguien tuvo que ver algo.

- La mujer pensó que se levantó temprano y no lo oyó. Hemos requisado sus ordenadores personales y móviles para investigarlos.

- Bien, vamos mejorando equipo. Iremos a la casa de la primera víctima y buscaremos pruebas en su casa, además de cámaras de vigilancia y miraremos en la oficina de la segunda víctima a ver si logramos algo más para acercarnos a los asesinos.

- ¿Cree que son más de uno detective?


- Todo esto una persona no lo pudo haber perpetrado sola, necesitó ayuda y los vamos a encontrar. No quiero que se nos escape nada; cada detalle preguntadlo, pedidlo y háganse con él.


No podía permitirme despistes, tenía en mi mesa muchos informes que leer y mi jefe de baja. Ahora mismo solo somos tres en el equipo. Espero que den con algo, no me gustaría tener que dejar estos informes para tener que ponerme a buscar pruebas.

Se han filtrado algunos detalles a la prensa incluso detalles que yo ignoro, mi cabeza cuelga de un hilo y entre antes cierre este maldito caso, mejor. El inspector jefe está que trina, cada vez que pasa delante mio me mira con rabia, pero no tiene valor para decirme nada. Sabe que estoy haciendo lo que puedo yo sola con dos compañeros no muy avispados. Mientras el jefe de equipo pasa de todo y se va de vacaciones con su mujer aprovechando una baja por estrés. Este caso es mio y voy a coger a esos cabrones que han asesinado y además cogeré a los que han pagado por tan atroz acto, mi vida puede cambiar en un día, la vida de ellos también.


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