Me siento con Mike en nuestra mesa de
reuniones. Eran las 6:55 y Jorge aún no ha llegado. Decido empezar la reunión,
no hay tiempo que perder. Mi trabajo está en juego y con ello mi vida. Le
extiendo las fotos del chico de mantenimiento a Mike y éste se sorprende:
- Ésta está sacada de la cámara de
seguridad que hay en la entrada de la casa de la víctima y la otra es de
archivo de la comisaría. Quiero que hoy mismo interrogues al chaval o
chavales.- Le dije mientras soltaba las fotos encima de la mesa.
- ¿Crees que pueda ser el mismo? No creo
que en poco tiempo haya cambiado tanto.- estaba con la espalda puesta en el
espaldar, las piernas abiertas y su ceño fruncido, del bostezo que estaba
reprimiendo. Parecía no tener ganas de trabajar y me dio muy mala espina. Sé
que es temprano, pero tenemos que ponernos a trabajar lo antes posible.
- Mike tenemos una hora para ponernos a
organizar el caso y lo que vamos a hacer con lo poco que tenemos. Quiero que se
saque el mayor jugo posible a las evidencias que tenemos. Nuestro rendimiento
tiene que ser el más adecuado si queremos allanar el terreno, sé que es difícil
pero no imposible.
- Pero, a ver - dijo titubeando - ¿Que hay
en esa grabación? No me has dicho nada - Estaba nervioso y cansado, aún no
podía abrir los ojos del todo - ¿Que se supone que le tengo que decir? ¿Qué es?
¿Sospechoso, testigo o qué? ¿Qué le digo para traerlos aquí si
no quieren colaborar o creemos que mienten?
- Es cierto, esperaba a que llegara Jorge
para decirlo solo una sola vez, pero tenemos que ponernos a trabajar ya.
¡Míralo, ahí viene!
Jorge llega sudando, estaba corriendo
escaleras arriba mientras Mike y yo habíamos ojeado el periódico, mirábamos las
fotos y discutíamos. Llegaba 20 minutos tarde, pero al menos parece que está despierto
y con ganas de acción.
- Perdone el atraso ¿Algo nuevo? - Estaba
hiperventilando, sudando y con gafas de sol, cosa que me pareció de mal gusto a
la par de irrespetuoso. Él se da cuenta de mi malestar, se quita las gafas de
sol, se sienta y espera paciente a mi respuesta.
- ¡Bien! Quiero que vean
el vídeo y me digan que es lo que pueden detectar en
esa secuencia.
Mike y Jorge no se esperaban lo que
sucede. Sus caras son una mezcla de rabia y de desconcierto. No se esperaban
que la víctima tuviera algo que ver con la persona encargada de su secuestro y
mucho menos que el coche del supuesto asesino fuera de gama alta. Jorge supo
enseguida el nombre del modelo del coche. Nos dice que es un Mercedes coupe, de
importación. Tráfico y aduanas debería de tener los papeles de ese coche y que
él se encarga. La predisposición de Jorge por machacar a los aduaneros y
estibadores me gusta, también me gustan los contactos que tiene en tráfico, que
nos puede ayudar a sacar mucho más sobre lo poco que tenemos. Le enseño las
fotos a Jorge y se sorprende:
-Jadira ¿Podría hablar contigo un momento?
– Jorge me caía bien y además era mi compañero, a menudo pasaba más tiempo con
él que con mi familia, o mi mujer. Tengo un aprecio muy significativo por él y
al verlo serio, intentando mantener la compostura, casi emocionado, me
preocupó.
- ¿A solas? ¿Nos vamos a mi despacho? –
Preguntas un tanto inútiles dichas en alto para que Mike se percatara de que
debe ponerse las pilas. Desde que finalizó la visión del vídeo se quedó allí
viéndonos y no sabía cuál era la mejor forma para que él se percatara de que
Jorge iba a hablar de algo que él no tenía por qué saber.
- No hace falta, quiero que lo sepa Mike
también. – Cabizbajo, parecía avergonzado por algo que no ha hecho pero siente.
Quería leerlo. Ver sus expresiones y lenguaje no verbal. Sé que me va a contar
algo que puede enturbiar el caso. Nos sentamos los tres y Jorge no sabe a dónde
mirar. Hombre alto, fuerte y tranquilo, parecía dejarse llevar por una emoción
de desengaño que no sabía cómo empezar a contar.
- Jorge no tenemos todo el día – Mike, su
sensibilidad y las prisas que tiene a las 7:30 de la mañana por bajar a
desayunar. Jorge lo ignora, me mira con ojos vidriosos, temblorosos y una cara
que empieza a estar algo roja.
- Ese chico es el sobrino del jefe –
Susurró con voz temblorosa. Parecía un niño maltratado con miedo a decir la
verdad. Mike dio a entender que no se enteró. Con cara arrugada y enseñando sus
incisivos preguntó – “¿Qué dices?” – Y siguió con un sobrada actitud déspota –
“¿No sabes hablar o qué?” – Mike me saturó, cogí a ese gran hombre por el brazo
y lo llevé a mi despacho. Le obligué a sentarse en un sillón, abrí las ventanas
y en cuanto vi a Mike intentar entrar cerré la puerta. Mejor sin niños de papá
intentando ser alguien de quien hablar.
- Aquí tienes agua Jorge, respira y
relájate. De mi boca no saldrá nada y por lo que a Mike respecta yo tampoco
entendí. Nadie fuera de estas paredes sabe lo que estamos hablando en este
momento. Cuéntame, ¿Está tu familia en peligro?
Ése era el
método. Dejar que alguien con recursos, con
ciertos contactos y leal sea testigo de los crímenes, fraudes y estafas del
contrincante en la ciudad, para que luego fluya el chantaje, el cual depende de
lo leal y legal seas. El chantaje económico lo aceptan muchos, el chantaje
emocional te aseguro que muy pocos lo rechazan.
Mientras tú estás empapelando al que has
visto, el otro se aprovecha y gana el terreno, eso sí, usándote. No creas que
todo va a ser por arte de la buena fe, del espíritu de la bondad, del sentido
del deber y la justicia que aflora en las calles.
¿Qué vas a decir cuando
sabes que vigilan a tu pareja, hijos, nietos, padres, hermanos y amantes? ¿Qué
ser leal dice no a su familia? perdón no me he expresado bien ¿Dice no a la
vida de su familia, a la vez parte de su vida? ¿Qué ser humano prefiere la JUSTICIA,
tal y como la conocemos, a ver la muerte de su propio hijo? Pues sé de sobra
que éste es el tipo de chantaje que le están haciendo a Jorge.
-¿Qué ocurre con los micrófonos? Seguro
que ha puesto en todos los despachos y salas de juntas.- Tenía miedo. No solo
podía verlo, también podía sentirlo. Ya no hiperventilaba, ya no tenía lágrimas
ni ojos llorosos. Volvió en sí con una integridad pasmosa. Me llamó la atención
el que tuviera miedo al espionaje dentro de la oficina y me acordé de que hace
unos meses me regalaron un inhibidor de frecuencias. Ése aparato cancela, corta
o anula las frecuencias en un radio de 15 metros, nada digital puede usarse
cerca de mi. Es ilegal si lo usas tú cómo civil pero si eres agentes de las
fuerzas del orden si puedes. Hay personas que les gusta la ilegalidad y lo usan
sin importarles las denuncias, ya que pagan a un equipo de abogados y trabajen
más o menos, ellos van a trabajar igual.
- Creo que tengo la solución. Si hay
micrófonos o cámaras no podrán grabar en ningún dispositivo electrónico, tanto
como si emiten la señal como si graban aquí, in situ.
Me sentí genial usando ese aparato,
sobretodo porque en un radio de unos 15 metros nadie pudo utilizar el móvil, ni
nada que fuese conectado a internet mediante wifi o datos. Todos se
volvieron locos fuera de mi despacho, mientras Jorge me contaba su
calvario.
- Hace dos semanas fui con el jefe al
barrio. Hicimos una ronda preguntando a los chicos. Resulta que el que está en
la fotografía de la cámara de seguridad es el sobrino de él. Del Jefe. Me dijo
que no dijera nada, el chico se quedó mirando para mí y me dijo que tenía una
buena mujer y una hija muy linda. Cuando volvíamos a comisaría en el coche, el
jefe de dijo algo así como: no le has caído muy bien, no la cagues más. Si
sabes algo de él, antes que a Jadira, dímelo a mí.
- A ver, esto no significa nada. Ha visto
la cámara y sabe que le están buscando. ¿Anoche mandaste su orden de detención
verdad?
- Sí, pero ya sabes cómo es todo esto, no
creo que hasta dentro de media hora que se haga efectivo. ¿Crees que tengo que
hablar con el jefe? - Me acerco a él y mirando a sus ojos castaños le pregunto
bien claro - ¿Crees que el jefe está detrás de estas muertes?
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