Ella

Hoy les quiero contar la historia de una persona que era gris, absurdamente cabreada y triste por todo. No sabía discernir, ni mantener al margen ciertos sentimientos para que no se mezclaran con la realidad.

-         ¿Ustedes lo hacen? Creo  que es muy asertivo, no solo para nosotros, también para los demás.

Hace años la conocí. Se sentía tan mal por como le había tratado la vida que su única escapatoria era suicidarse para vengarse de toda aquella persona que la hizo así. Tenía la extraña sensación de que aunque la hiciera odiarse a sí misma, la amaban y aunque quisiera suicidarse con toda su rabia frustrada, no lo hacía por miedo al dolor físico.
Recordaba siempre los momentos nefastos, los momentos que necesitaba transmitir para descargarse y contagiar su mala gana de nada y de todo. Siempre que se encontraba ante un reto se acordaba de su padre que le decía que ella era la culpable de la muerte de su madre. Recordaba a su hermana diciéndole que jamás iba a hacer algo por sí misma, que no servía para nada. Recordaba a su hermano llamarla subnormal por no querer estudiar la rama de ciencias. Se acordaba de todo aquello que la frenaba, la paralizaba y se lo creía.
La última vez que yo me la encontré, antes de su partida, estaba cabizbaja, sentada en un muro y leyendo un mensaje de alguien que le decía “Te quiero” pero ella no reaccionaba. No creía que fuera lo suficientemente válida para que alguien la quisiera o amara. Siempre se esforzaba al máximo para que los demás le apreciaran, la tuvieran en cuenta y confiaran en ella. Su mayor reto era hacer que confiaran en ella. La confianza es algo prioritario en cualquier relación pero para ella era casi de mortal necesidad.
Tuve una conversación con ella, le hice pensar en lo mal que se puede sentir una persona al no creer una declaración de sentimientos y de intenciones realizada. Sabía que la persona que se le había declarado estaba totalmente enamorado de ella pero como bien dijo, él estaba enamorado de una persona inestable y con la autoestima muy baja. Le dije que si no quería estar bien con ella misma y me contestó esto: “¡Sí! pero no a costa de una persona que se puede desencantar si en algún momento se da cuenta de que la tristeza no forma parte de mi persona, solo de un disfraz que muchas personas se ponen. Unos para llamar la atención y otros para mirarse el ombligo pensando en lo desgraciado que es”.  Unos y otros pueden acabar igual, enfermos, depresivos y poniendo delante un prisma con el cual la realidad se ve distorsionada y es ésta la que se convierte en una mofa de la verdad transformada por los sentimientos que nos nublan, dejando claro lo cínicos que podemos llegar a ser.
Ella quería mejorar, estar bien pero no a costa de otra persona que como mínimo siente cariño por ella, según ella. Entonces decide irse, probarse, darse cuenta de lo válida que es. Conocer nuevos horizontes y conocerse. Me dijo algo así como pedir traslado en el trabajo. No la había vuelto a ver más hasta hace unas semanas.

Me contó el como descubrió que todo lo que han dicho anteriormente y recuerda en malos momentos no son más que comentarios desafortunados dichos en un momento puntual, que es ella la que los escoge para hacerse daño y victimizarse ante ella misma dando valor a su dolor e infortunio para que los demás creyéramos que realmente, y con urgencia, había que mimarla, ayudarla y compensarla por el sufrimiento que se estaba creando. Se dio cuenta que su vida la lleva ella, ella elige y ella decide a quien quiere amar. El que alguien diga “Te quiero” no le obliga a ser amado. Se ha dado cuenta de que no tiene que ser la novia de nadie tan solo por estar, tan solo por palabrerío y dejar de estar sola.

Ahora no se conforma. Ahora no quiere a nadie que hable, quiere a alguien que actúe, que demuestre y le de lo que ella siempre espera de una persona. Algo que todos necesitamos, pero muy pocas personas son capaces de dar y dan por hecho el darlas. Sabe que su familia la quiere pero los comentarios negativos no deben tomarse a pecho, ni en serio. Nadie maneja la vida de nadie con una sola frase y mucho menos con voluntad, mente, mundo y realidad diferente a la tuya.

Ella estudia, quiere ser mejor cada día, hay quienes la llaman soltera de oro, ella se llama independiente y por encima de todo es una persona segura.

 
Amanecer en Alcaravaneras

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